
Cualquier accidente doméstico puede provocar que hagamos un agujero en la pared. Esto es muy antiestético, por lo que hay que repararlo cuanto antes. Por eso, desde Hogarista hemos preparado un sencillo tutorial que te permitirá arreglar estos problemas de forma sencilla y cómoda en poco espacio de tiempo.
Si en tu hogar hay niños, es fácil que los agujeros en la pared sean relativamente habituales. No obstante, nunca está de más conocer trucos simples para arreglar todo tipo de desperfectos en las casas.
Aun así, hay que pensar que el tamaño de los agujeros en la pared influye en el arreglo, siendo los más pequeños más fáciles de solucionar, mientras que los grandes requieren de una destreza algo mayor.
Consigue los materiales necesarios

Lo primero que harás debe ser conseguir los materiales y herramientas necesarias para reparar el agujero en la pared. En este sentido, tienes que tener en casa, o comprar, una o varias espátulas, según el tamaño del hueco a arreglar, una llana, la masilla para rellenar, papel de lija de grano fino y, por supuesto, la pintura del tono de la pared.
Cualquiera de estos elementos son fáciles de encontrar en cualquier ferretería, e incluso la masilla la puedes hacer tú mismo en casa reciclando otros materiales.
Limpieza de la superficie

En primer lugar, hemos de limpiar con sumo cuidado la superficie sobre la que vamos a trabajar. Seremos muy concienzudos, para evitar más desperfectos. En este caso, usa un trapo o paño con un toque de humedad, y posteriormente lo secarás con otro, tratando que toda la pared quede igualada y sin suciedad o desconchones salvo el propio agujero.
Aplica la masilla

A continuación, prepararemos la masilla. Si es un producto comprado, sigue las instrucciones del fabricante. Si es casera, asegúrate de que está en su punto para poder ser utilizada sobre el agujero en la pared.
En este momento, añade un poco de masilla sobre el agujero en cuestión, siempre dependiendo del tamaño. Con la espátula te ayudarás para aplicar el producto sobre el hueco, logrando que todo quede lo más liso posible. Debes hacer uso también de la llana para evitar que la superficie quede irregular.
Por supuesto, puedes añadir más masilla si crees que es necesario para que el agujero esté bien relleno. Y una vez lo tienes perfecto, vuelve a usar un paño húmedo para limpiar los restos y desperfectos que queden en la superficie en cuestión y en la colindante.
Segunda mano de masilla

Una vez has aplicado la primera mano de masilla, puedes añadir una segunda algo más ancha que el propio agujero, llegando a los bordes de la superficie, haciendo que todo el área quede igualada. Recuerda volver a pasar un trapo húmedo sobre la zona para arreglar desperfectos.
Tras este proceso, dejaremos reposar el producto durante al menos un día.
Lijar la superficie

Una vez que la masilla ha secado tras las horas de reposo, llega el momento de lijar toda la zona. Este es el instante en que igualaremos el sobrante con el resto de la pared, procurando eliminar cualquier imperfección y logrando que todo quede perfectamente liso.
Terminado el proceso de lijado, es el momento de retirar todo el polvo generado con un paño seco.
Momento del pintado

Llega el paso final para terminar el trabajo: pintar la zona arreglada con el producto similar al tono de la pared. En caso de no contar con este, tendrías que volver a cambiar el color de la zona al completo, para que no se note el arreglo del agujero.
El proceso de arreglo de un agujero en la pared es bastante sencillo, por lo que cualquier persona puede hacerlo en su casa sin demasiado esfuerzo ni trabajo. Además, tampoco hace falta tener una gran habilidad para llevarlo a cabo. Es realmente fácil, económico y por qué no..¡divertido!